Encuadernación y letterpress

Escorpio


Astrología:

Escorpio o Escorpión es el octavo signo del zodiaco, el cuarto de naturaleza negativa y el tercero de cualidad fija. Simboliza la destrucción y el renacimiento, está regido por los planetas Marte y Plutón.

Pertenece, junto a Piscis y Cáncer, al elemento agua,​ y es uno de los cuatro signos de naturaleza fija del zodiaco junto a Tauro, Leo y Acuario. Su signo opuesto y complementario a la vez es Tauro.

Ya en el siglo II a. C., Claudio Ptolomeo en el Tetrabiblos menciona que el signo rige los genitales y está asociado a la fertilidad, la fecundidad y el rejuvenecimiento.


Mitología:

Orión el cazador fue un héroe griego, hijo de Poseidón y Euríale (hija de Minos, rey de Creta), y se destacó tanto por su gran tamaño como por ser atractivo y encantador para las mujeres. En muchas de las traducciones, Apolo sentía celos por la atracción que el héroe ejercía sobre su hermana, la diosa Artemisa. Entonces le envía un escorpión para que lo envenene y mate.

De esa manera, Orión muere a causa de este animal, y Apolo, lleno de arrepentimiento y culpa, coloca a Orión en los cielos junto con la ayuda de su hermana. Y luego, coloca a Escorpio como recordatorio de su pecado.

Se dice que cuando Escorpio se ve en la noche, Orión comienza a desaparecer por el otro lado del cielo, huyendo de su picadura mortal.

En otra leyenda sobre este signo, Artemisa mata a Orión por error.

Eos, la diosa griega de la Aurora, gustaba de conquistar jóvenes apuestos y llevarlos a la cama. Así, invita a Orión, quien accede. Estando ambos juntos, el héroe comienza a jactarse de ser capaz de asesinar a cualquier criatura salvaje existente en la tierra.

Apolo, que defendía a los animales, fue convencido por Gaia, diosa de la Tierra (o Hera, según la versión) a enviar un gigantesco escorpión de fuerte coraza a picar y así matar al héroe.

Huyendo del escorpión, Orión se mete al océano y Artemisa, que estaba profundamente enamorada de él, comienza a disparar flechas contra el animal que lo perseguía. Estando ambos bajo el agua, la excelente tiradora le descarga su arco contra una mancha negra que burbujeaba.

Irónicamente, la piel del animal no podía ser penetrada por las flechas, pero Orión que en ese frenesí es alcanzado por una de ellas muere trágicamente.

Así, Artemisa eleva a su amado a los cielos donde hasta el día de hoy es perseguido por el gran Escorpio.

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